REFLEXIONES PARA UNA PASIÓN
Pensé que me iban a encontrar los reyes sentada frente a mi ordenador, la gran cantidad de información y mi habitual estado de rata de biblioteca me hizo pensar que nunca terminaría de sentir que el trabajo estaba acabado. De hecho no lo está en el sentido que estos trabajos de investigación nunca terminan, siempre hay un matiz que agregar, un aspecto que relatar desde otro punto de vista…
¿Qué aprendí? Como siempre, a poner orden. Tengo acuñada una imagen desde hace muchos años. Uno tiene unos saberes diseminados por todos lados y cuando se dedica a estudiar algo de manera específica, esos saberes diseminados se meten dentro de una bolsita que lleva un nombre, en este caso, literatura folklórica.
Pero a su vez, si esos saberes y no saberes, se incluyen en el marco de las pasiones personales, el trabajo es inagotable.
En una entrada anterior a mi blog les contaba que cuando llegué a Galicia descubrí “Todavía nada” en esa biblioteca. Bien, antes de descubrirla, me dediqué a investigar cuentos gallegos de la tradición oral (gallega por supuesto, recordar Finlandia). El material que encontré es verdaderamente maravilloso, ahora no recuerdo autores de las investigaciones ni tengo a mano fotocopias de los textos pero os aseguro que disfruté tanto como el tiempo que llevo preparando este trabajo.
Agradezco mucho esta oportunidad (y no me digas pelota, Irune)
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