viernes, 30 de diciembre de 2011

**+¡¿¿* Todavía nada ??!!!***

¿TODAVÍA NADA?
Texto e ilustraciones: CHRISTIAN VOLTZ
Traducción: LUISA MORANDEIRA
Encuadernado en cartoné. 22x22 cm.
40 páginas. Ilustraciones a todo color.

Disponible en:
-Castellano:   “¿Todavía nada?”
ISBN 978-84-96388-81-9. Libros para Soñar
-Gallego:  “Aínda nada?”
ISBN 978-84-8464-659-4. Demademora
-Portugués:  “Ainda nada?”
ISBN 978-972-8781-23-1. Livros para Sonhar.
Editorial Kalandraka

Texto del cuento: “¿Todavía nada?”
Una mañana, muy temprano, el señor Luis cavó un hoyo enorme en la tierra.
En este hoyo enorme, el señor Luis dejó caer una semillita llena de promesas.
(Porque a las semillas les gusta abrigarse en la tierra).
Después, el señor Luis volvió a rellenar el hoyo enorme y saltó encima con todas sus fuerzas para apretujar, apretujar, apretujar la tierra.
(Porque a las semillas les gusta abrigarse en la tierra bien apretujada).
Luego, el señor Luis empapó la tierra con su regadera.
(Porque a las semillas les gusta la tierra bien apretujada y húmeda).
Finalmente, el señor Luis dijo: Te estaré esperando.
(Porque a las semillas les gusta sentir que alguien las quiere y las espera).
Al día siguiente, el seños Luis fue a ver si había brotado algo. No había nada que ver.
Claro, ¡era demasiado pronto!
-         Hay que tener paciencia – le dijo al pájaro. Pero el pájaro no dijo ni pío.
Al día siguiente, el señor Luis fue a ver si había brotado algo. No había nada que ver. ¡Aún era demasiado pronto!
-         Volveré mañana – dijo al pájaro. Pero el pájaro no dijo ni pío.
Al día siguiente, fiel a su cita, el señor Luis regresó. No había nada que ver.
-         Tarda en brotar – le dijo al pájaro. Pero el pájaro no dijo ni pío.
Al día siguiente, el señor Luis volvió otra vez. Aún no había el menor indicio de la semilla.
-         ¡Estoy hasta el gorro! No vale la pena que vuelva mañana. Pero el pájaro no dijo ni pío.
Al otro día:
-         ¡Qué linda flor! – dijo el pájaro cuando, al fin, abrió el pico -. ¡Si se la regalo a mi novia seguro que me da un beso!
-         (Claro, ¡el pájaro estaba enamorado!).
¿Todavía nada? – dijo el señor Luis cuando volvió al día siguiente…

“Todavía nada” es un cuento que leí por primera vez en gallego. Claro, además de vivir en Galicia, aún no estaba traducido a otras lenguas. También debo confesar que esto fue hace unos diez años, yo estaba recién llegada y estaba convencida que si en vez de a España, me hubiera ido a vivir a Finlandia, estaría estudiando su lengua, de modo tal que me apunté en un curso para aprender el gallego. Mi ocupación inicial, por esos tiempos en los que tenía todo por hacer fue visitar biblioteca y finalmente di con una biblioteca infantil en la calle Rúa Nova en Santiago de Compostela. Allí descubrí “Ainda Nada” y me pareció una obra llena de encanto y ternura, una historia grande dentro de un formato pequeño.
Me parece importante destacar que este libro pertenece al formato de libro-objeto y por supuesto está escrito e ilustrado por la misma persona ya que las palabras cobran sentido al tiempo que se observa la imagen. Por este motivo se podría pensar que es un libro para niños pequeños, lo que desde ya es una primera y válida lectura del mismo pero su mensaje tiene tan variadas lectura que me inclino más a pensar que es un libro para niños algo mayores, quizás tercera clase de primaria donde no solo disfrutarán de la magnífica estética visual del libro sino podrán, ya a estas edades, encontrar claramente el profundo significado de la historia.

Los personajes del cuento son tres. Uno, el Señor Luis, que lleva la acción y habla casi toda la obra; otro, el pájaro que solamente dice una frase al final pero que justifica su presencia en toda la obra y el tercero, la semilla, que simplemente y como siempre hacen las semillas, hace su trabajo a su modo y en su tiempo. Al final de la historia descubrimos un cuarto elemento -que no podríamos llamar personaje- pero que por su existencia ayuda a comprender la presencia reiterada del pájaro en la acción.
“Todavía nada” es la historia de un señor que decide plantar una semilla. La planta y cada día va a verla y a regarla. Este señor es observado diariamente por un pájaro mientras hace su trabajo; le habla, pero el pájaro nunca responde. El señor va de a poco perdiendo sus formas y su paciencia se va agotando porque aunque la semilla, sistemática como es, va haciendo su trabajo en tiempo y forma, no cubre las expectativas del señor Luis que, harto de esperar, decide no ir al día siguiente a ocuparse de la misma. El pájaro va, como a una cita, y encuentra visible el trabajo que ella (la semilla) había estado haciendo dentro de la tierra. La flor. La esperada flor (desde la perspectiva del pájaro) será el regalo para su novia y quizás, solo quizás, por ello, recibirá un beso. Al día siguiente, el señor Luis vuelve a regar su planta y se vuelve a pregunta: ¿Todavía nada?
Es por eso que decía que en una primera lectura podía parecer un cuento para niños pequeños pero, ¿Cuántas veces nos ha pasado a nosotros, como adultos, que no fuimos capaces de esperar el tiempo necesario para que un proceso que, aunque viva y se desarrolle de manera  invisible, se nos manifieste?
Es más, y al hilo de esta reflexión, me pregunto si, trabajado de la manera adecuada, este no será también un libro, una historia para ser trabajada con niños de tercer ciclo de primaria ya que abre preguntas valiosas sobre cómo el ser humano se relaciona con su  quehacer. Lo probaré y les contaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario